miércoles, 13 de noviembre de 2013

Cinco meses, día más, día menos, y sanseacabó

el tratamiento anti-cáncer. Cuando llegue el día habrán sido seis años largos, duros, pesados, repletos de efectos secundarios, de dos quirófanos mayores, de un hígado roto, sin pelo, sin fuerza, sin aliento.
También, y más importante, habré vivido una historia de amor con mi entorno, el inmediato y el otro.
Cinco meses más y sanseacabó. Cuatro, tres, dos...




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