domingo, 29 de marzo de 2009

Bienvenidos al norte: un rato agradable

El jefe de una oficina de correos francesa, alentado por su mujer, busca que le trasladen a una oficina en la Costa Azul. Cuando sus superiores le descubren haciendo trampas para obtener el cambio, en castigo le trasladan a una oficina del norte del país, el peor destino al que podría optar.

El intríngulis de la película estriba en el contraste sur-norte, o lo que es lo mismo, entre una sociedad refinada y otra rural y algo zafia, entre un clima benévolo y otro sumamente crudo, entre unos franceses que hablan la lengua de la diplomacia y otros, los del norte, que chamullan una jerga propia e ininteligible para los forasteros, vaya, entre dos conceptos de país.
El guión es el desarrollo de algunos de los clichés que sobre el norte tienen los del sur, precisamente escrito y dirigido por un actor norteño, Dany Boon, que no tiene un pelo de tonto y se ha reservado el papel del gran secundario de la película.

Si quieres sonreír durante casi dos horas, vale la pena que la veas. Por cierto, como mi francés, aunque no del todo olvidado, no es lo que era, la vi en castellano.
El doblaje de una peli así es difícil, por no decir que está condenado al fracaso. Es como tratar de traducir los juegos de palabras y los equívocos que pueden producirse en un diálogo catalán-aranés.
Si eres capaz de entender el ch'ti, mejor en versión original.
Si no, existe una versión original con subtítulos en castellano que, dice mi políglota amiga Majo, está muy bien.

Web oficial.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Por no olvidar que este bloc nació del tabaco, o de

su ausencia, publico una entrada bastante interesante que leo en Kurioso Bloc sobre Sir Richard Doll, un científico que fue el primero en olerse que el tabaco proporcionaba algo más que placer y estilo.
De lectura rápida y amena, y un poco más entretenida si exploras los enlaces que contiene.

lunes, 23 de marzo de 2009

Lunes 23, tercera quimio por la mañana y ocho guardias urbanos

en la puerta de mi casa por la tarde. Pero antes...

El caso es que, sobre las 13 h. estaba yo iniciando la tercera hora de fuego en el cuerpo, mirando pelis en mi flamente ultraportátil de 10", regalo de mis amigos para mi cumple, cuando recibo una llamada de Gabriela, la cuidadora de mi madre.
"Amparo, llevamos 40 minutos (CUARENTA) encerradas en el ascensor"
"Ahhh"
"Tranquila, ahora nos sacan. ¿Vamos al médico como estaba previsto, o volvemos a casa?"
Amparo, de corazón latino y mente germánica, piensa que tanto el médico como el mecánico ascensorista deben hacer su trabajo, así que envío a mi madre y a su cuidadora al médico, con la esperanza de que un servicio de reparación de urgencia solvente la avería, y más al comprobar que en el edificio vive al menos una persona en silla de ruedas.

A las dos de la tarde me desconectan de la máquina, adios, adios, ligero mareito que me hace desear un taxi pero recapacito y bajo en bus, y apenas pico el billete y me siento recibo otra llamada de la cuidadora.
"Que hemos regresado del médico y el del ascensor se ha ido a comer sin haberlo arreglado".
"Ahhhhh"

Tras un ligero pavor inicial por la ecuación madre en la calle+sin comida+sin medicación+con un mareo del quince (yo)+a la mierda la imagen de una Amparo post-quimio tirada en el sofá, sitúo Roma, ubico Santiago y empiezo a remover todo lo que se deja.

"No te muevas de la puerta que estoy llegando. Nos vamos a comer a un restaurante hasta ver qué pasa"

14:40, llego a mi portal.
Hablo con el presidente de mi escalera, que es un hombre amable y atento pero resolutivo, valiente y con iniciativa no. Le saco sin problemas el teléfono de Ascensores Zener para tratar de gestionar la reparación de urgencia con algo más de rapidez que la usual. O por lo menos, una explicación que me de la pista de a qué atenerme.

Me llevo a mi madre y a la cuidadora a comer a un restaurante junto a casa. 30 eurazos menos en mi cuenta.

15:15, primera llamada a Ascensores Zener que me deja perpleja. Efectivamente, el mecánico se ha ido a comer, decisión que le pertenece por completo. ¿Qué cuándo regresará? No lo saben, pero tratan de localizarlo y me llaman. Bien, muchas gracias, clonk, clonk.

15:25, segunda llamada a Ascensores Zener. No hemos podido localizar al mecánico porque el móvil de la empresa no debe ir bien (procedo a secar el vinagre de mi plato de ensalada para que no me escuezan los ojos por si acaban saltando de sus órbitas). "Ya, y ¿hay alguna otra forma de localizarlo en un caso como éste" (pongo a las chicas que me atienden en antecedentes por segunda vez). "Tranquila, la llamamos para decirle algo".

15:50, Antes de empezar a recorrer hospitales buscando a un mecánico de ascensores, llamo por tercera vez a la compañía. Siguen sin noticias de su empleado. La conversación ya no fluye con el chi correcto y las chicas lo notas, vaya si lo notan.

16:20, el dueño del restaurante empieza a recoger. Como mi madre, en su vida pasada fue una gran clienta, no sólo viene a besarla sino que nos proporciona asilo político con gusto.
Trato de pagar con tarjeta, me dicen que sólo billetes y dejándoles a mi madre en prenda salgo en busca de un cajero.
Oh casualidad, Aida me encuentra cruzando hacia el banco y ya no se separará de mi hasta las siete de la tarde, aproximadamente.

16:30, regreso con Aida al restaurante, ya con cash para rescatar a mi madre (aunque dudo por un momento habiéndola dejado en prenda... ) y decido tomar un cortado en compañía de mi amiga.

16:50, Llamo al 112, a ver si me echan una mano porque mi madre, tras cuatro horas en la calle necesita regresar a su casa, a su cama, a su calma. Pregunto si llamo a los bomberos para que la suban y les paso la factura a Ascensores Zener y deciden comunicarme con la Guardia Urbana.

Me responde una simple teleoperadora, aunque muy corporativa, que me sugiere que sean los vecinos los que suban a mi madre cuatro pisos por la escalera. Al recordarle, con tono Corcuera, que la Guardia Urbana es un servicio público al servicio de la ciudadanía, resuelve consultarlo a instancias mayores (desde una centralita de telemarqueting se comunica con la centralita real de la Guardia Urbana, dos mesas más allá si no han cambiado las cosas desde que conocí el servicio hace unos años).

La tontaina de sugerencia ligera me dice que ahora me envían una patrulla.
"Define ahora, porque estoy en un restaurante y quiero saber cuando tardarán".
"Ah, si está en un restaurante a ver cuanto tarda usted en llegar porque igual va a ir la patrulla y no la encuentra".

Pregunto rápidamente al Universo si es necesario para mi crecimiento holístico seguir tratando con infrahumanos. Ante la falta de respuesta contesto a la telefonista con ínfulas de Teniente Furillo que estoy a un minuto de casa y que seguro que seré yo quien espere a la patrulla, ¿o acaso ya están subiendo por mi calle?" Clonk, clonk.

17:10, a todo esto, como pensaba estar en mi sofá, cuidándome, he programado para esta tarde cuatro entrevistas con nuevas cuidadoras con la esperanza de encontrar quien sustituya a Gabriela la maravillosa, que regresa a Bolivia porque su marido no encuentra trabajo, y yo la despediré con lágrimas en los ojos.

Empiezo a recibir (es un decir) a mis candidatas en un estupendo banco de la Avenida Gaudí, frente al portal de mi casa para controlar la llegada de la policía que , aunque aún yo no lo sepa, acabará resolviendo el marron de una ancianita con embolia que lleva ya más de cinco horas en la calle.

Aida se hace cargo de mi madre, me dice que ya controla ella a la guardia Urbana,cuando aparezcan, y empiezan a agolparse vecinos frente a mi mami. Yo voy haciendo entrevistas, mareo va, mareo viene, y con mala leche instalada.

17:30, Última llamada a Ascensores Zener. Otra chica me dice que han llamado al administrador de la finca avisándole de que el mecánico volverá a las 18:00 (debe ser las 18:00 zulú sudafricanas, a donde el tio ha ido a tomar unas tapas aprovechando la oferta mediodía de Vueling, porque si no no se entiende). "Pero habíais dicho que me avisaríais a mi". Rujo "tendrán noticias mías. Gracias por nada" (gran frase que siempre quise decir) y clonk, clonk.

17:32, Nueva conversación con la telefonista de la Guardia Urbana, "que ya llevamos un ratillo aquí y tus chicos no aparecen". "Dijiste que estabas en un restaurante", "Y al parecer no te quedaste con el dato que te di sobre que tardaría un minuto en llegar a mi portal".

Reconozco que casi me enternece la defensa pueril pero encendida de su ineficacia que hace la pobre desgraciada. Insiste en lo de que la suban los vecinos. La cuelgo sin enviarla a la mierda. Me estoy haciendo mayor.

17.40, Mi vecina Paqui, que se ha unido al club, vislumbra en el horizonte dos coches patrulla, dos, tratando de entrar en contra dirección por la esquina de mi casa. "Bajo a por ellos porque tienen pinta de ser los rescatadores". "¿Dos coches para una ancianita?, Mamá, ¿tienes acaso ficha policial?", pero aparco el interrogatorio para terminar la segunda entrevista a otra candidata a cuidadora. Una tercera me espera a pie derecho en la calle esperando su turno. En este momento de la tarde acaricio la idea de contactar con Almodovar e informarle de mi existencia y circunstancia.

17:45 Por fin llegan OCHO policías, dos en cada coche, dos a pie y dos más en moto.
Se arremolinan alrededor de mi encantadora madre y ejercen de lo que son, hombres que pretenden mandar todos a la vez. Aplazo la siguiente entrevista (la chica encantada, esto no se vive todos los días) y me pongo a organizar a la Guardia Urbana.

"Hay que subirla cuatro pisos, ¿habéis traido silla de transferencias" El que está a la cabeza de la dotación traduce un "¿locualo?" en "Jamás hemos hecho esto".
"Virgendelamorhermoso, pues me dejáis mucho más tranquila"

"Llamemos a ambulancias, dice el Guardia Canoso, y que vengan ellos con la silla, que seguro saben como se hace".
"No llaméis a nadie que voy a por la solución", que me sugiere mi vecina Paqui: ir a la ortopedia y pedirles una silla ligera.

Dicho y hecho. "No llaméis a la ambulancia hasta que vuelva", proyecto en tono bronco por culpa de un constipado. Paqui y yo regresamos con la silla-solución y ya tengo a ocho hombres mirándome con admiración. Estoy acostumbrada y no paro mientes, pero me preocupa el momento "Annapurna".

18.00 Mientras ellos entran a mi madre en la portería le digo a Aida que , cono el tinglao que he montado, si en ese momento aparece el mecánico de Ascensores Zener le doy una patada en los güevos. Ella me da la razón pero me pide que no lo haga delante de la policía local, "porloquemásquieras".

18:02, Ante ocho tíos decidiendo cómo transfieren a mi madre de una silla a otra, les cuadro y les doy las pertinentes instrucciones, que siguen sin discutir y con cierto alivio.

A continuación, les digo que subo yo primero para abrir la puerta cuando la expedición llegue a la cumbre, motivo por el cual me pierdo como mi madre se tima con uno de ellos, al que sólo debe llevarle unos cincuenta años, quinquenio más o menos, aunque eso lo sabré más tarde, cuando ya esté en su cama, cambiada y a punto de cenar.

La verdad es que los ocho aguerridos muchachotes, todos unos piezas de mucho cuidado (1,80 el más bajito), suben a la ligona en un plis plas.

Desde aquí, mi mayor agradecimiento a este equipo de la Guardia Urbana, que hoy me ha solventado un marrón importante, demostrando que no sólo se dedican a poner multas y sanciones. Bravo, por ser educados, atentos, humildes para aceptar las indicaciones pertinentes y por entender el nerviosismo de una hija que no siempre habla con el tono adecuado en momentos de tensión.

19:10 El ascensor está arreglado por un mecánico ninja al que nadie ha visto en las ocho horas que ha durado el episodio. Ascensores Zener, tenéis un servicio de urgencia de mierda que será convenientemente reclamado.

"Amparo, tienes que entender que estás pasando por un proceso físico y emocional que require que te concentres en ti".
"Hahahahahahahahahahahahahahahahahahahaha. Ayyyyyyyy, si con la terapia de la risa que me dáis gratis salgo como nueva. Hasta dentro de tres semanas, que ya será la última quimio". Pero con la familia que me ha tocado, seguro que no será la última aventura.

viernes, 20 de marzo de 2009

¡Feliz cumpleaños Amparo!

46. Cada vez que los pronuncio me parecen imposibles, pero han llegado para quedarse así que mejor no luchar contra ellos, entre otras cosas porque sería perder el tiempo tontamente.

1963 fue un buen año para el cine.
Este vídeo reúne tres de mis pasiones: el cine, Wilder y el tabaco. Ha sido un buen hallazgo. Estoy contenta.



¿Dije que fue un buen año para el cine? Vale, dejémoslo en que fue un buen año.
Lo seriecita que me estaba quedando esta blocpostal de cumpleaños cuando el destino me ha puesto delante de la nariz una de las canciones más petardas del universo musical y cinematográfico, también del 63. Será lo que sea, pero si la tocan yo la bailo. Y más de una y uno de los que pasan por aquí también (¡ajá!). ¡Bienvenidos a la dimensión desconocida!

jueves, 19 de marzo de 2009

Estoy escuchando ésto mientras espero que

la oncóloga me visite antes de la tercera quimio. Es un subidón de energía y la voz que me hubiera gustado tener.




martes, 17 de marzo de 2009

Estaba yo tan tranquila dedicada a mis quehaceres,

cuando salen en un telediario unos cuantos sacerdotes católicos en rueda de prensa metiéndose con el anteproyecto de la nueva ley del aborto del gobierno Zapatero vía publicidad de dudoso gusto y pésima creatividad. El cartel muestra un niño grandote y un gato también enorme llamado lince. El texto del anuncio contra la futura ley del aborto viene a decir que España se ocupa más de la supervivencia del lince ibérico que del embrión humano, y eso parece que no les gusta a estos profesionales del culto religioso.

En Facebook hay grupos airados contra la campaña de publicidad que hacen estos curas a propósito de la ley. En el mundo analógico incluso hay periodistas, abogadas, publicistas y otros profesionales liberales que analizan la imagen y el texto de la publicidad católica y arremeten contra ella. Que si el niño está demasiado crecido (la verdad es que excede el tamaño estándar del embrión humano), que si mira que compararlo con un gatazo, etcétera.

Imagina mi agitación al toparme con este alboroto absurdo. Hasta he pensado, "Amparo, te quedaste dormida con el televisor encendido y has despertado en una peli de los Hermanos Marx".
Pero entonces me he centrado y he organizado la zapatiesta por partes.

Uno: ¿A mi me importa lo que digan unos curas católicos si no profeso en su fe?
Dos: Estos curas, ¿no deberían limitarse a decir lo que tiene que hacer su grey?
Tres: ¿Por qué se les da tanto pábulo en medios de comunicación y en la mente colectiva en general?

Sobre el punto Tres tengo varias teorías, que enumero con letras para no liarla.

A: Después de dos mil años de curas dando la vara, es difícil para casi todo el mundo poner la distancia suficiente entre la repercusión social de una ley hecha por personas (esta nueva del aborto) y una ley dictada por un personaje de ficción,como es el dios católico (aquí no aborta nadie).
Be: Mucha gente les tiene rabia a los curas (bastante menos a las monjas, pero es que son casi invisibles, pobrecillas) y aprovechan la mínima para llevarles la contra.
Ce: Si, como a los niños que molestan con rabietas para llamar la atención, no se les hiciera caso cuando gritan, a lo mejor íbamos avanzando en conseguir que el poder de la religión, sea cual sea, quede limitado al ámbito privado, que es donde debería estar, en vez de ir molestando por ahí.

Además del anuncio católico de marras estoy escuchando a un montón de tertulianos escupir sapos y culebras contra esta ley.

Para su tranquilidad les diré que la ley del aborto no obliga a abortar. No es como el código de circulacion, un poco de calma. Vaya, que no han de temer que un día se presente una pareja de policías en su casa, pregunten si hay alguna adolescente embarazada y se la lleven a rastras a un quirófano de la Seguridad Social a sacarle el bebé de las entrañas. Nooooo, no es estooooo.
Y supongo, porque no la he leído, que la ley también ampare el derecho de los médicos a no practicar este tipo de intervenciones si su conciencia o sus creencias se lo impiden.

La ley está hecha para proteger a las mujeres que se han quedado embarazadas y no desean, no quieren o no pueden tener la criatura por los motivos que sean, y aprovecho para decir que dichos motivos son sólo cosa suya. Esto, señoras y señores ultracatolicos, ultramontanos, vaya, ultras en general, es un avance social.





Añadido a las 23:09






lincesLas linces van a responder a los obispos
Súmate a la campaña y añade el logo de las linces a tu blog, tu web, tu perfil en una ed social...

jueves, 5 de marzo de 2009

Estoy hasta arriba de papanatismo pseudo cinéfilo.

Hombreyá. Iniciaba la lectura de un boletín sobre cine al que estoy suscrita, relamiendome porque la entrada trataba de "Sueños de un seductor", cuando lo primero que cae sobre mis ojos es "No leer si no se ha visto la película". Pues mira, ¡a la mierda! A la mierda esta entrada y tooooodas las que incluyen en formato "oferta caprabo" "¡atención, spoiler!", que no sé porqué a mi me recuerda "¡cuidado, nos invaden arañas gigantes!", y desastres post-nucleares del mismo estilo.

Basta de papanatismo, pandilla de imbéciles pseudo-cinéfilos. Por favor, por humanidad. Vale que vuestra cultura general (la del cole de cuando somos pequeños) es menos que básica y estáis convencidos de que ser cinéfilo es acumular datos y más datos, como cualquier pentium dos. No dáis para más, no pasa nada, pero dejad de avisar "que viene el lobo" como si conocer el argumento de antemano en una obra que tiene más de treinta años diera calambre.

¿Cómo iniciarán estos insulsos una entrada sobre "La pasión según San Mateo"? ¿"No leer si no te sabes el Nuevo Testamento"?

Domingo por la mañana, friego los platos mientras escucho la emisora de radio que vino fijada con el transistor. Programita ligero de variedades con sección de cine e intervención de un un oyente para dar su opinión sobre "Harvey Milk". El burro, va y suelta, "no me gustó que la película empiece descubriendo el final porque , claro, ya pierde interés". ¡Burro! ¡Asno! ¡Capgros! ¿Pero cómo se puede ser tan imbécil en esta vida?
Cualquiera que vaya a ver Harvey Milk sabe que lo matan (huy, cuidadín, araña gigante), razón por la cual le han dedicado una peli a ese político de San Francisco. ¡Imbécil, que ni sabes lo que vas a ver! Que atrevida es la ignorancia.

Total, que entre los "spoilers" y los tarugos, me entran ganas de acercarme a Sunset Boulevard y meterme en la piscina junto a Joe Gillis. O mejor, saco a Gillis y meto los merluzos.

martes, 3 de marzo de 2009

"Siete almas": siete bostezos

Falta de ritmo narrativo, confusa, con intriga mal planteada, cursi, "Siete almas" es un buñuelo. Entiendo que Gabriele Muccino, el director, trate de pasar a la historia ofreciendo toda la profundidad de la que es capaz (un palmo de agua, como en las piscinas de los niños), pero creo que los espectadores no nos lo merecemos.
Casi una hora después de empezar, aún no es posible saber porqué pasa lo que está pasando sin haber investigado antes por internet o pedirle a alguien que la haya visto que nos la explique. La peli parece una segunda parte de "Memento" en un bucle sin fin, pero sin provocar el más mínimo interés para seguir hasta el final.
Will Smith correcto, aunque se excede frunciendo el ceño para expresar preocupación y hay un plano corto de su nuca y sus orejas que parece salido de Shrek.
Más que una peli, es una forma de perder el tiempo.

domingo, 1 de marzo de 2009

Adios, Pepe

Amiga vende coche. ¡Un chollo!

Si te interesa, para ti, para tu amigo, para tu novia, para regalárselo al presidente de tu comunidad de vecinos... ya sabes, sigue las instrucciones del anuncio enlazado en el título para contactar. O déjame un comentario y te contacto con la vendedora.
Por si las moscas, te repito el enlace: http://www.segundamano.es/vi/13453150.htm?ca=8_s

Es una monada, yo lo he disfrutado alguna vez, es una monada y te aleja del transporte público.